miércoles, 24 de julio de 2013

La bella y la bestia

Ella era una dama, una princesa. La típica que siempre va arreglada con camisa y tacones. Él,  era todo lo contrario, siempre decantaba por unos simples vaqueros y alguna camiseta básica.
Pero tenían algo en común. Estaban locos el unos por el otro. Ni si quiera podían pasar un par de horas sin hablar el uno con el otro. Ambos eran una droga para el otro. Ellos se necesitaban, como cualquier adicto a los narcóticos necesita su droga, ellos necesitaban estar juntos. Y nada ni nadie podía evitarlo. Ellos se necesitaban y se querían, nadie podía contra decirlo o ponerlo en duda; de hecho era algo que podía verse a kilómetros de distancia. La mirada protectora de él siempre se juntaba con la juguetona de ella. Nadie hubiera apostado por ellos, pero el destino lo hizo, el destino los juntó y en algún momento se encargará de separarlos cuando llegue el momento.

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